Imagen de una playa de callaos con arco de piedra, posiblemente en algún lugar de la costa suroeste de Lanzarote. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Vista del paisaje volcánico de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Coladas y volcanes de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Coladas y volcanes de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Vistas de los volcanes de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Vistas de los volcanes de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Turistas observando el paisaje de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Madre e hija observando las coladas y volcanes de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Coladas y volcanes de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Coladas y volcanes de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Coladas y hornitos de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Coladas y volcanes de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Coladas y volcanes de Timanfaya, producto de las erupciones acaecidas entre 1730 y 1736, que transformaron por completo la fisonomía de la isla, sepultando pueblos y destruyendo las mejores vegas agrícolas. En 1974, este territorio fue declarado Parque Nacional. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Detalle de la singularidades geológicas producidas por la erosión de la montaña del Golfo, en cuyo cráter derrumbado se encuentra el Charco de los Clicos. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Colada volcánica circundando la montaña del Golfo, fuertemente erosionada por el viento. En su interior se encuentra el Charco de los Clicos. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
Señalética de los Jameos del Agua y la Cueva de los Verdes, los primeros Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote en crearse. Ambos espacios se encuentran dentro del Monumento Natural de La Corona. Los carteles fueron realizados por César Manrique con viejas de madera de barcos. La fotografía fue tomada en formato diapositiva por un turista anónimo en la década de 1960.
Vista del Islote de Hilario, en el corazón de las Montañas del Fuego, antes de construirse el restaurante El Diablo y antes de declararse el Parque Nacional de Timanfaya (1974). Pueden verse los abrigos de piedra que existían a modo de merenderos en la zona, adonde acudía la población local y los primeros turistas para pasar el día. La fotografía fue tomada en formato diapositiva por un turista anónimo que visitó la isla en la década de 1960.
Turistas en el camino de acceso a la Cueva de los Verdes, acondicionada por Jesús Soto y abierta al público en 1966. La fotografía fue tomada en formato diapositiva por un turista anónimo en la década de 1960.
Vistas de las Salinas de Janubio cuando aún se encontraban en pleno rendimiento. En la primera mitad del siglo XX, el auge de la pesca trajo consigo la proliferación de salinas, llegando a contar la isla con una veintena de ellas. Estas de Janubio son las más grandes de Canarias. La fotografía fue tomada en formato diapositiva por un turista anónimo que visitó la isla en la década de 1960.
Carretera sin asfaltar que circunda el macizo de Famara, posiblemente en la zona que conecta la batería del Río (antes de la construcción del Mirador del Río) con la Vega Chica de Ye. La fotografía fue tomada en formato diapositiva por un turista anónimo que visitó la isla en la década de 1960.
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