Un grupo de mujeres posa delante de un almacén en Arrecife, en un descanso del trabajo de empaquetado de cebollas. Todas ellas van ataviadas con pañuelos en la cabeza y con la típica sombrera de Lanzarote para protegerse del sol. Tras ellas, un chico con boina y delante una saca de cebollas.
Una mujer y un hombre trabajan en las Salinas de Puerto Naos, en Arrecife. Esta instantánea, como el resto de la colección de Jan Blaauboer, está datada entre 1952 y 1954, cuando su autor visitó Lanzarote y La Graciosa acompañado por su mujer. Su fondo fotográfico se custodia en el Archivo General de La Palma.
Varias personas trabajan en las Salinas de Puerto Naos, en Arrecife. Al fondo, de derecha a izquierda, la montañas de Zonzamas, Mina y Guatisea. Esta instantánea, como el resto de la colección de Jan Blaauboer, está datada entre 1952 y 1954, cuando su autor visitó Lanzarote y La Graciosa acompañado por su mujer. Su fondo fotográfico se custodia en el Archivo General de La Palma.
Grupo de barcos en reparación y construcción en Puerto Naos, en Arrecife. Un grupo de niños posa junto a uno de los barcos. Al fondo de la imagen se pueden apreciar las Salinas de Puerto Naos, de las que aún se conserva una buena parte. Según nos cuenta Alberto Morales Betancort, de ese esqueleto de barco que nunca llegó a finalizarse sacó César Manrique las maderas con las que elaboró los carteles/esculturas de la Cueva de Los Verdes.
Panorámica de Las Salinas de Janubio entre los años 1952 y 1954: Es en esas fechas cuando se calcula que el autor de la fotografía, el ciudadano holandés Jan Blaauboer (1903-1982), visitó la isla con su mujer. La foto pertenece al fondo Blaauboer-Rodríguez Castillo, que custodia el Archivo General de La Palma.
Panorámica de Las Salinas de Janubio entre los años 1952 y 1954, cuando el cuando se estima que su autor, el ciudadano holandés asentado en La Palma Jan Blaauboer (1903-1982), visitó la isla con su mujer.
Panorámica con la Ermita de San Rafael, en Teguise, al fondo. La foto está tomada desde la carretera de tierra que une La Villa de Teguise con La Caleta de Famara. A la izquierda de la imagen se aprecia uno de los hornos de cal de la zona, y a un agricultor trabajando en la tierra.
Una pareja de mujeres en burro. La foto podría ser en lo alto de camino viejo que une La Villa de Teguise con La Caleta de Famara. El volcán que se ve al fondo a la zquierda sería Montaña Bermeja, en La Santa, y el de la derecha el perfil de la Caldera de El Cuchillo.
Foto de las Salinas de El Río, también llamadas de Gusa, en la costa de Lanzarote, frente la isla de La Graciosa, Estas salinas están consideradas como las más antiguas de las Islas Canarias. En el extenso saladar donde se encuentran, anegado periódicamente por las mareas vivas, se recogía sal desde antes del siglo XV. En opinión de Antonio M. Macías, estas salinas fueron acondicionadas por vez primera en tiempos de Sancho de Herrera (1422-1534), primer señor de Lanzarote.
Son salinas antiguas de barro y ocupan una gran superficie. Su estratégica localización permite captar el agua mediante tres tomaderos que alimentan a su vez a cuatro grandes cocederos. Fueron construidas aprovechando el barro de la lagunilla aluvial existente. Su trazado posee un especial interés paisajístico y se adapta perfectamente a la orografía del terreno. Los cocederos y la cabecera de la trama de pocetas adoptan una curiosa forma orgánica, para regularizar finalmente su trazado en retícula. Esta fusión de formas le confiere uno de sus encantos más particulares. El plano de las pocetas se encaja en el terreno bajo la pleamar, donde se puede observar que parte de ellas están dotadas de muros cortavientos.
Disponen de un gran salón de la sal con cubiertas de dejar a dos aguas, construido por la antigua compañía de Pesquerías Canario-Africanas. Tras su almacenaje, la sal era transportada por mar hasta el vecino pueblo de La Caleta de Sebo.
Panorámica de la isla de La Graciosa desde lo alto del Risco de Famara. En la imagen se pueden apreciar las playas de El Salao y La Francesa y al fondo Montaña Amarilla. En primer plano, la costa de Lanzarote frente a la octava isla donde se pueden ver las Salinas de El Río, también llamadas de Gusa. Estas salinas están consideradas como las más antiguas de las Islas Canarias. En el extenso saladar donde se encuentran, anegado periódicamente por las mareas vivas, se recogía sal desde antes del siglo XV. En opinión de Antonio M. Macías, estas salinas fueron acondicionadas por vez primera en tiempos de Sancho de Herrera (1422-1534), primer señor de Lanzarote.
Campesina, con la típica sombrera para protegerse del sol, recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su explotación.
Campesina recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su cultivo.
Cochinilla en una tunera en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su explotación.
Campesina, con la típica sombrera para protegerse del sol, recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su explotación.
Tunera con tunos en la zona de Guatiza. En las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno al cultivo de la tunera durante el siglo XIX, ya que a la tunera se adhiere la cochinilla, un parásito del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX la cochinilla fue uno de los principales motores económicos de Lanzarote.
Tunera con tunos en la zona de Guatiza. En las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno al cultivo de la tunera durante el siglo XIX, ya que a la tunera se adhiere la cochinilla, un parásito del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX la cochinilla que fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote.
Campesina recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX que fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno al cultivo de tuneras.
Fotografía del molino de Guatiza, situado en la antigua rofera sobre la que se levantó el Jardín de Cactus, y que actualmente se conserva restaurado en el mismo lugar. Construido por el Cabildo de Lanzarote con diseño de César Manrique, el Jardín de Cactus fue la última intervención espacial del artista en su isla natal, inaugurándose en 1990 y siendo, por tanto, el último de los Centros de Arte, Cultura y Turismo. El botánico lanzaroteño Estanislao González Ferrer (1930-1990) colaboró con Manrique en la selección de especies para el diseño vegetal del Jardín.
Pileta de piedra en el exterior de una casa o establo, habitual para su uso como abrevadero de los animales. La fotografía fue tomada por Jaime Caballero Díaz (1911-1975) fotógrafo aficionado natural de Tenerife. Tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962). Hizo un álbum de diapositivas y una película de Súper 8 (que también está en la web de Memoria de Lanzarote) en su visita a Lanzarote en el año 1970, ambas con el título de "La isla de los volcanes". Las imágenes pertenecen a la colección de su hija Cristina Caballero Arriaga.
Imagen de un lagar. en un lugar sin identificar, en el que se puede ver la viga, el husillo (tornillo largo de madera, generalmente de barbusano) y el pilón (piedra sobre la que se encaja el husillo). La fotografía fue tomada por Jaime Caballero Díaz (1911-1975) fotógrafo aficionado natural de Tenerife. Tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962). Hizo un álbum de diapositivas y una película de Súper 8 (que también está en la web de Memoria de Lanzarote) en su visita a Lanzarote en el año 1970, ambas con el título de "La isla de los volcanes". Las imágenes pertenecen a la colección de su hija Cristina Caballero Arriaga.
Detalle de un lagar en el que se puede ver la viga, el husillo (tornillo largo de madera, generalmente de barbusano) y el pilón (piedra sobre la que se encaja el husillo). Por la imagen del fondo, en la que se ve lo que parece El Risco de Famara, pudiera ser un lagar de Tiagua. La fotografía fue tomada por Jaime Caballero Díaz (1911-1975) fotógrafo aficionado natural de Tenerife. Tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962). Hizo un álbum de diapositivas y una película de Súper 8 (que también está en la web de Memoria de Lanzarote) en su visita a Lanzarote en el año 1970, ambas con el título de "La isla de los volcanes". Las imágenes pertenecen a la colección de su hija, Cristina Caballero Arriaga.
Detalle de la puerta de entrada y balcón del llamado Molino de Tiagua, en la localidad del mismo nombre. Este molino es el que está en el margen izquierdo de la carretera que une Tiagua con Muñique. Es uno de los dos grandes molinos que quedan en Tiagua, junto con el Molino del Museo Agrícola El Patio. Fue restaurado por última vez en 2019, gracias en parte a una subvención de 39.000 € otorgada por el Cabildo de Lanzarote. Su anterior intervención fue en el año 1983. El molino original data del siglo XIX y hoy en día mantiene sus características principales, con una planta circular y dos pisos con cubierta cónica. En el segundo piso conserva un característico balcón de madera. La construcción se levanta sobre una base murada con piedra volcánica.
Detalle del llamado Molino de Tiagua, en la localidad del mismo nombre. Este molino es el que está en el margen izquierdo de la carretera que une Tiagua con Muñique. Es uno de los dos grandes molinos que quedan en Tiagua, junto con el Molino del Museo Agrícola El Patio. Fue restaurado por última vez en 2019, gracias en parte a una subvención de 39.000 € otorgada por el Cabildo de Lanzarote. Su anterior intervención fue en el año 1983. El molino original data del siglo XIX y hoy en día mantiene sus características principales, con una planta circular y dos pisos con cubierta cónica. En el segundo piso conserva un característico balcón de madera. La construcción se levanta sobre una base murada con piedra volcánica.
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