El fotógrafo Daniel Martinón Manrique se establece en la ciudad brasileña de Londrina (uno de los núcleos de población más destacados del norte del país por su papel para la industria del café) tras varios años resididiendo en Brasil. Martinón (1928-1993) realizó su primer viaje a este país en 1958, para cubrir la información gráfica del Mundial de Fútbol y una vez establecido en Londrina tuvo un papel destacado en la prensa de la región y en la formación de la Universidad de Londrina.