La Delegación del Gobierno en Lanzarote publica una circular en la que siguiendo las órdenes del Ministerio de la Gobernación prohíbe determinados juegos, entre ellos "todos los de suerte, envite o azar en los que no intervenga la destreza o el cálculo (...) y además todos aquellos en que resulten ventajas conocidas para los banqueros". Se nombran específicamente "el treinta y cuarenta, el bacarrat, la lotería, Poker sintético, siete y media, apuestas en partidas, de Foot - Ball y otros".