Marcial Hernández, soltero de 25 años y vecino de Tías, pide autorización para vender varios terrenos ya que 'los frutos no dan ni para el alimento diario, cuanto más para el vestuario'. En octubre un viudo de San Bartolomé declaraba al solicitar licencia para vender bienes de sus hijos menores y partir hacia América, que no tenía medios para sobrevivir, 'ni menos donde ir a trabajar para ganar el real del jornal'. Estos son dos ejemplos de la crítica situación económica y social que Lanzarote vivía en este periodo debido a las malas cocechas y a la caída de la barrilla en los mercados interancionales.