Se constituye la Mancomunidad de Las Palmas, que cuenta con la presidencia del Gobernador Civil y un representante por cada Cabildo. Eugenio Rijo Rocha, el delegado del Cabildo de Lanzarote, también es nombrado representante de los Cabildos en la Asamblea Nacional. Esta elección se produjo tras varios meses de disputas dentro de Unión Patriótica (UP era el partido estatal de Miguel Primo de Rivera), puesto que el sector más importante de Gran Canaria prefería nombrar Tomás Quevedo.