Un avión cuatrimotor Lockheed Super Constellation, propiedad de la compañía francesa Phoenix Air Transport, en ruta desde Bissau a Lisboa solicita aterrizar en el aeropuerto en situación de emergencia. La compañía propietaria de la aeronave, tras varios intentos de reparacion, finalmente lo abandona. El avión se subasta en 1975 y lo adquiere un empresario grancanario dedicado a la exportación de chatarra. Posteriormente dos empresarios lanzaroteños llegan a un acuerdo con el nuevo propietario al objeto de trasladarlo en una barcaza por mar a la zona turística de Puerto del Carmen e instalar en su fuselaje un negocio de hostelería. Debido a los grandes inconvenientes del traslado, los propietarios deciden dejarlo abandonado fuera de los límites del aeropuerto. En ese lugar sufrirá más adelante un incendio, quedando totalmente destruido y sus restos retirados para chatarra.