Un grupo de jóvenes espeleólogos aficionados de Haría consiguen descender hasta los 85 metros de profundidad en unas grutas de Tinajo denominadas insondables porque "al arrojarse en su interior piedras u otros objetos se oye el ruido de éstas, largo rato, hasta esfumarse en las profundidades del abismo". Algunos de estos jóvenes eran Nicolás Reyes, Francisco Reyes, Juan Pablo de León y Hermelindo Navarro.