Entre columnas y muros aún en construcción, dos socios históricos preparan un gran caldero de pescado, símbolo de la convivencia que acompañó la obra de la nueva Sede Social de la Parranda Marinera de Buches. Más allá de lo gastronómico, la escena refleja una práctica comunitaria profundamente arraigada: el acto de cocinar y compartir como gesto de unión vecinal. El caldo de pescado, plato humilde y marinero es una de las expresiones de la identidad colectiva que sostiene la cultura popular arrecifeña.
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