Los kioscos se crearon, como consecuencia de las nuevas corrientes europeas, a finales del siglo XIX para alojar las audiciones de las bandas de música; el caso de Lanzarote fue uno de los primeros de Canarias. Pero la tradición de las bandas viene desde mediados de siglo en la Villa de Teguise donde se forma la primera banda civil de aficionados. La isla había pasado por épocas muy duras en las que lo principal era la supervivencia, mientras un grupo minoritario copaba la actividad cultural. En una alzada de la economía, creada alrededor del Puerto, se gana terreno al mar y se construye el muelle de las cebollas, punto emblemático debido al movimiento comercial que adquiere. Junto a él se hace el paseo y más tarde se instala el kiosco de la música que hace las delicias de los viandantes y vecinos durante las fiestas patronales, actos solemnes, días de fiesta y domingos. Surgen las sociedades recreativas, una de las cuales, La Democracia, forma una banda de música que participará activamente en los actos oficiales así como patronales y dominicales hasta que el Ayuntamiento crea la suya. El kiosco se convierte en una figura importante de la vida social de Arrecife. Durante la etapa pre-turística, sobre los años 60, se trabaja en el primer parque que tendrá Arrecife, y el kiosco desaparece ya que su arquitectura no “encaja” con las modernidades. Años después y tras varios intentos por realizar una réplica muy mejorada, el Ayuntamiento de Arrecife lo consigue en 2004. Tiene una agenda cultural corta, y en poco tiempo deja de tener actividad musical. Actualmente sus bajos albergan la oficina municipal de información turística.