La planificación urbana afronta, hoy día, retos sumamente trascendentales en aras de articular un proceso evolutivo funcional para las ciudades. Partiendo desde el objetivo de ofrecer un desarrollo económico lo más sostenible posible para los municipios canarios, las estrategias de planificación y ordenación urbanística no deben dar la espalda a la vorágine que supone el sector turístico, pero, tampoco debe convertirse en una enrevesada maniobra que fagocite las necesidades de bienestar social y espacial de la población. La vulnerabilidad urbana hace acto de presencia en aquellos espacios urbanos homogéneos que han visto incrementado los peligros sociales de exclusión y el debilitamiento de la estructura y los mecanismos para hacer frente a los mismos. Una situación de 74 desventaja que el planeamiento municipal, en ocasiones, alienta y potencia con el modelo que diseña para sus ciudades. De esta manera, se radiografía dos realidades distintas de vulnerabilidad urbana en Arrecife: el barrio de Argana y Altavista, dos barrios periféricos de segunda mitad de siglo XX que surgieron al calor del desarrollo económico de la ciudad.