Nuevos mértodos como el uso de luz fluorescente en posición rasante para rastrear durante la noche las estaciones rupestres posibilitó aumentar el registro rupestre en elevada cantidad en las islas de Fuerteventura y Lanzarote. También lo favorece la casualidad, el estudio de material fotográfico antiguo, o la esporádica visita a horas poco habituales. Todo ello ha permitido localizar nuevas estaciones rupestres, así como acrecentar la cantidad de líneas de caracteres líbico-bereberes y líbico-canarios que hasta ahora habíamos acreditado. En esa línea, los autores se detienen a estudiar Peña de Luis Cabrera al resultar particular. En las proximidades de esta estación existen tres sitios rupestres con distribución lineal vinculados a los barrancos del Mojón, Piletas y Muliónun, que en realidad se trata de la misma depresión que recibe estas tres denominaciones en diferentes fases de su desarrollo. A estas estaciones hay que añadir dos nuevas, una con motivos geométricos rectilíneos y líbico-bereberes y otra con grafía líbica-canaria. Estas adiciones permiten variar la contabilidad escrituraria de la isla, cuya contabilidad se distancia de la última facilitada, pues en esta añadimos nuevos paneles de Cortijo del Majo, Cueva Palomas, siendo uno de ellos en soporte exento con grafía líbico-canaria que resulta novedoso en las dos islas orientales y en Canarias.