Ataviados con grandes pieles de carnero y tiznados con betún, asustan, manchan y golpean indoloramente a sus paisanos, guiados por la figura de El Loco. Encontramos ejemplos similares en otras latitudes, como los Blancs Moussis belgas, que emplean vejigas de cerdo para flagelar a la gente. El origen común de estas tradiciones parece encontrarse en la Antigua Roma, donde los Luperci, un grupo sacerdotal de adolescentes,
salían en febrero por el Monte Palatino semidesnudos, golpeando a las mujeres con una tira de piel de macho cabrío (la februa), como rito de purificación y fecundidad. La fotografía forma parte de la exposición 'Buches & Diabletes. El Carnaval Tradicional' que se llevó a cabo en 2019 en La Casa Amarilla de Lanzarote, y fue cedida por su autor.
Aviso Legal: Fotografías protegidas por la Ley de Propiedad Intelectual. Prohibido su uso sin permiso expreso del autor o propietario