Gran parte de la historiografía canaria considera la instauración de los Puertos Francos, a partir de 1852, como un hecho clave en la modernización económica de Canarias. Pero en este artículo, Miguel Suárez Boza expone como su éxito no fue igual, perjudicando o, por lo menos, afectando de forma no tan positiva, a determinadas islas de Canarias, como Lanzarote y Fuerteventura. El investigador expone algunas de las quejas de décadas anteriores y su reflejo en la situación económica de las islas mencionadas.