Los autores introducen la obra exortando a un exhaustivo análisis de los artefactos encontrados en las campañas arqueológicas en Canarias, sin catalogarlos automáticamente como ídolos, lo cual, al adentrase en el mundo de creencias espirituales ya desaparecidas junto con aquellos que creían en ellas, se hace una labor imposible. Prosiguen contextualizando su ámbito de estudio haciendo referencia a las poblaciones mediterráneas y a la posible relación de estas con el poblamiento insular y las consecuencias culturales de esa relación. En concreto, se centra, después de una introducción genérica de los mahos de Lanzarote, en los artefactos de calcedonia encontrados, que contrapuestos con distintos ítems propios del mundo fenicio-punico, les conduce a los autores a realizar una hipótesis relacionándolos con amuletos cuyos orígenes morfológicos serían los escarabeos egipcios, o, pseudoegipcios, los cuales circularon en gran número por el ambiente fenicio-púnico e indígena del Mediterráneo.