Manuel Díaz Rijo, un profesor de la Escuela de Ingeniería Naval de Madrid que había nacido en Lanzarote, da los primeros pasos hacia la consecución de la primera potabilizadora de Europa, instalada en Lanzarote en 1964. Durante una reunión en el Parque del Retiro de Madrid, Díaz Rijo, que ya tenía conocimiento de los primeros experimentos con potablizadores en grandes barcos, le comento a Ginés de la Hoz, alcalde de Arrecife, la conveniencia de instalar una planta de este tipo en Lanzarote. Animado por Ginés de la Hoz, el ingeniero lanzaroteño comenzo a elaborar un anteproyecto que devino en una plata dual que producía electricidad y agua. El alcalde de Arrecife se había desplazado a Madrid junto con otros políticos de la isla para solicitar a las autoridades estatales el establecimiento de una línea con un buque-aljibe que llevara a agua a Lanzarote regularmente, debido a las graves restricciones que había producido la severa sequía de ese año.