El pirata Dogalí, apodado "El turquillo", desembarca en Arrecife con 400 hombres y se dirige a la Villa de Teguise, a la que incendian y saquean mientras la población, con el Marqués Agustín de Herrera entre ellos, se refugia en el castillo de Guanapay. Dogalí sitió la fortaleza y capturó a unos cien cristianos para posteriormente pedir rescate por ellos.