El sacerdote de Teguise, Antonio Gil, ordena el retorno de la imagen de la Virgen de Guadalupe a la Iglesia de Teguise. Esta escultura, traída a Lanzarote en 1455 por Diego García de Herrera, había sido depositada en la ermita de la Virgen de Las Nieves en 1893, por hallarse en mal estado tras haber sido robada y mutilada por piratas berberiscos en el siglo XVI.