Se produce un enfrentamiento en Gran Canaria entre dos soldados y varios militantes obreros que estaban en contra del golpe militar que acababa de dar inicio a la Guerra Civil. En el altercado participan el lanzaroteño Pedro Nolasco Perdomo, quien se vio obligado a esconderse -se llegó a ofrecer 2.000 pesetas por cualquier información sobre su paradero- durante casi treinta años en diversas casas de familiares que vivían en Las Palmas.