El gobernador militar de Gran Canaria redacta unas órdenes específicas para la defensa de Fuerteventura y Lanzarote ante posibles ataques durante la II Guerra Mundial. En el caso de Lanzarote, los planes dividían a la isla en dos sectores, norte y sur, con la prioridad de defender los fondeaderos de La Bocaina y El Río, que ya contaban con una batería de artillería. Las pautas indicaban que 'el batallón de reserva sería instalado en Teguise y la batería de artillería de campaña motorizada en San Bartolomé. El parque de artillería quedaría establecido en San Bartolomé, mientras que los depósitos centrales de infantería lo serían en esa población y en las de Haría y Yaiza. El depósito central de víveres habría de estar en Teguise, manteniendo depósitos destacados en Haría y Yaiza. Estas tres localidades deberían albergar también a los hospitales de campaña, mientras que aún no se había escogido la ubicación del parque de automovilismo'.