Se inaugura el Parador de Turismo, una obra del arquitecto tinerfeño Marrero Regalado que se enmarca dentro del estilo neocanario. Éste fue el primer edifico con fines turísticos que se construyó en Lanzarote y en la decoración colaboró César Manrique. Cuando fue inaugurado contaba con gerencia, bar, salón de estar y un amplio y lujoso salón en la planta baja, mientras en la planta alta presentaba 14 habitaciones para huéspedes.