Vista de la localidad de Haría desde la carretera LZ-10 que baja desde las curvas de Malpaso. La fotografía pertenece al álbum "La isla de los volcanes", que realizó el fotógrafo tinerfeño Jaime Caballero Díaz (1911-1975) en su visita a Lanzarote en 1970. Caballero Díaz también grabó una película en Super 8 mm, titulada igualmente "La isla de los Volcanes", que está subida a la web de Memoria Digital de Lanzarote. Caballero tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962).
Grupo de mujeres en el zaguán de la vivienda de Miguel Cabrera Martinón en Arrecife. Este inmueble, situado en la Avenida La Marina y ya desaparecido, se caracterizaba por los peculiares azulejos verdes de su fachada.
Vista parcial de Haría. La fotografía pertenece al álbum "La isla de los volcanes", que realizó el fotógrafo tinerfeño Jaime Caballero Díaz (1911-1975) en su visita a Lanzarote en 1970. Caballero Díaz también grabó una película en Super 8 mm, titulada igualmente "La isla de los Volcanes", que está subida a la web de Memoria Digital de Lanzarote. Caballero tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962).
Instantánea del Valle de Haría desde el Mirador de Haría o Mirador de Malpaso. Ubicado en la carretera LZ-10, la vía que une Los Valles con Haría, en las llamadas curvas de Malpaso, la construcción original data de 1966 (se inauguró el 6 de junio de ese año). En 1964, durante una visita de Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo, para inaugurar la Cueva de Los Verdes, el alcalde de la localidad, Juan Pablo de León Guerra, aprovechó la ocasión para presentarle el proyecto. El diseño original era del arquitecto lanzaroteño Enrique Spínola González, el presupuesto de 300.000 pesetas y la ejecución correría a cargo del Cabildo de Lanzarote. Durante su construcción, César Manrique dejó su impronta en el diseño final del edificio, inspirándose en las construcciones tradicionales de la arquitectura vernácula de la isla. En los trabajos intervinieron también Luis Morales y Jesús Soto. Tras años de abandono a partir de la década de los 90 del siglo XX, el Mirador de Haría se restaura y rehabilta, con un proyecto del arquitecto municipal Miguel Ángel Fontes, reinaugurándose en septiembre de 2021.
Instantánea del Valle de Haría desde el Mirador de Haría o Mirador de Malpaso. Ubicado en la carretera LZ-10, la vía que une Los Valles con Haría, en las llamadas curvas de Malpaso, la construcción original data de 1966 (se inauguró el 6 de junio de ese año). En 1964, durante una visita de Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo, para inaugurar la Cueva de Los Verdes, el alcalde de la localidad, Juan Pablo de León Guerra, aprovechó la ocasión para presentarle el proyecto. El diseño original era del arquitecto lanzaroteño Enrique Spínola González, el presupuesto de 300.000 pesetas y la ejecución correría a cargo del Cabildo de Lanzarote. Durante su construcción, César Manrique dejó su impronta en el diseño final del edificio, inspirándose en las construcciones tradicionales de la arquitectura vernácula de la isla. En los trabajos intervinieron también Luis Morales y Jesús Soto. Tras años de abandono a partir de la década de los 90 del siglo XX, el Mirador de Haría se restaura y rehabilta, con un proyecto del arquitecto municipal Miguel Ángel Fontes, reinaugurándose en septiembre de 2021.
Imagen de la entrada al Mirador de Haría, también conocido como Mirador de Malpaso. Ubicado en la carretera LZ-10, la vía que une Los Valles con Haría, en las llamadas curvas de Malpaso, la construcción original data de 1966 (se inauguró el 6 de junio de ese año). En 1964, durante una visita de Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo, para inaugurar la Cueva de Los Verdes, el alcalde de la localidad, Juan Pablo de León Guerra, aprovechó la ocasión para presentarle el proyecto. El diseño original era del arquitecto lanzaroteño Enrique Spínola González, el presupuesto de 300.000 pesetas y la ejecución correría a cargo del Cabildo de Lanzarote. Durante su construcción, César Manrique dejó su impronta en el diseño final del edificio, inspirándose en las construcciones tradicionales de la arquitectura vernácula de la isla. En los trabajos intervinieron también Luis Morales y Jesús Soto. Tras años de abandono a partir de la década de los 90 del siglo XX, el Mirador de Haría se restaura y rehabilta, con un proyecto del arquitecto municipal Miguel Ángel Fontes, reinaugurándose en septiembre de 2021.
Imagen parcial del Mirador de Haría, también conocido como Mirador de Malpaso. Ubicado en la carretera LZ-10, la vía que une Los Valles con Haría, en las llamadas curvas de Malpaso, la construcción original data de 1966 (se inauguró el 6 de junio de ese año). En 1964, durante una visita de Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo, para inaugurar la Cueva de Los Verdes, el alcalde de la localidad, Juan Pablo de León Guerra, aprovechó la ocasión para presentarle el proyecto. El diseño original era del arquitecto lanzaroteño Enrique Spínola González, el presupuesto de 300.000 pesetas y la ejecución correría a cargo del Cabildo de Lanzarote. Durante su construcción, César Manrique dejó su impronta en el diseño final del edificio, inspirándose en las construcciones tradicionales de la arquitectura vernácula de la isla. En los trabajos intervinieron también Luis Morales y Jesús Soto. Tras años de abandono a partir de la década de los 90 del siglo XX, el Mirador de Haría se restaura y rehabilta, con un proyecto del arquitecto municipal Miguel Ángel Fontes, reinaugurándose en septiembre de 2021.
Campesina, con la típica sombrera para protegerse del sol, recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su explotación.
Campesina recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su cultivo.
Cochinilla en una tunera en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su explotación.
Campesina, con la típica sombrera para protegerse del sol, recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su explotación.
Tunera con tunos en la zona de Guatiza. En las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno al cultivo de la tunera durante el siglo XIX, ya que a la tunera se adhiere la cochinilla, un parásito del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX la cochinilla fue uno de los principales motores económicos de Lanzarote.
Tunera con tunos en la zona de Guatiza. En las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno al cultivo de la tunera durante el siglo XIX, ya que a la tunera se adhiere la cochinilla, un parásito del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX la cochinilla que fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote.
Campesina recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX que fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno al cultivo de tuneras.
Fotografía del molino de Guatiza, situado en la antigua rofera sobre la que se levantó el Jardín de Cactus, y que actualmente se conserva restaurado en el mismo lugar. Construido por el Cabildo de Lanzarote con diseño de César Manrique, el Jardín de Cactus fue la última intervención espacial del artista en su isla natal, inaugurándose en 1990 y siendo, por tanto, el último de los Centros de Arte, Cultura y Turismo. El botánico lanzaroteño Estanislao González Ferrer (1930-1990) colaboró con Manrique en la selección de especies para el diseño vegetal del Jardín.
Pileta de piedra en el exterior de una casa o establo, habitual para su uso como abrevadero de los animales. La fotografía fue tomada por Jaime Caballero Díaz (1911-1975) fotógrafo aficionado natural de Tenerife. Tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962). Hizo un álbum de diapositivas y una película de Súper 8 (que también está en la web de Memoria de Lanzarote) en su visita a Lanzarote en el año 1970, ambas con el título de "La isla de los volcanes". Las imágenes pertenecen a la colección de su hija Cristina Caballero Arriaga.
Imagen de un lagar. en un lugar sin identificar, en el que se puede ver la viga, el husillo (tornillo largo de madera, generalmente de barbusano) y el pilón (piedra sobre la que se encaja el husillo). La fotografía fue tomada por Jaime Caballero Díaz (1911-1975) fotógrafo aficionado natural de Tenerife. Tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962). Hizo un álbum de diapositivas y una película de Súper 8 (que también está en la web de Memoria de Lanzarote) en su visita a Lanzarote en el año 1970, ambas con el título de "La isla de los volcanes". Las imágenes pertenecen a la colección de su hija Cristina Caballero Arriaga.
Detalle de un lagar en el que se puede ver la viga, el husillo (tornillo largo de madera, generalmente de barbusano) y el pilón (piedra sobre la que se encaja el husillo). Por la imagen del fondo, en la que se ve lo que parece El Risco de Famara, pudiera ser un lagar de Tiagua. La fotografía fue tomada por Jaime Caballero Díaz (1911-1975) fotógrafo aficionado natural de Tenerife. Tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962). Hizo un álbum de diapositivas y una película de Súper 8 (que también está en la web de Memoria de Lanzarote) en su visita a Lanzarote en el año 1970, ambas con el título de "La isla de los volcanes". Las imágenes pertenecen a la colección de su hija, Cristina Caballero Arriaga.
Detalle de la puerta de entrada y balcón del llamado Molino de Tiagua, en la localidad del mismo nombre. Este molino es el que está en el margen izquierdo de la carretera que une Tiagua con Muñique. Es uno de los dos grandes molinos que quedan en Tiagua, junto con el Molino del Museo Agrícola El Patio. Fue restaurado por última vez en 2019, gracias en parte a una subvención de 39.000 € otorgada por el Cabildo de Lanzarote. Su anterior intervención fue en el año 1983. El molino original data del siglo XIX y hoy en día mantiene sus características principales, con una planta circular y dos pisos con cubierta cónica. En el segundo piso conserva un característico balcón de madera. La construcción se levanta sobre una base murada con piedra volcánica.
Detalle del llamado Molino de Tiagua, en la localidad del mismo nombre. Este molino es el que está en el margen izquierdo de la carretera que une Tiagua con Muñique. Es uno de los dos grandes molinos que quedan en Tiagua, junto con el Molino del Museo Agrícola El Patio. Fue restaurado por última vez en 2019, gracias en parte a una subvención de 39.000 € otorgada por el Cabildo de Lanzarote. Su anterior intervención fue en el año 1983. El molino original data del siglo XIX y hoy en día mantiene sus características principales, con una planta circular y dos pisos con cubierta cónica. En el segundo piso conserva un característico balcón de madera. La construcción se levanta sobre una base murada con piedra volcánica.
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