Instantánea del interior de la Cueva de Los Verdes. La Cueva de los Verdes forma parte del tubo volcánico de casi 9 km de longitud generado por la erupción del cercano Volcán de La Corona. El tramo abierto al público es de aproximadamente 1,5 km y está formado por galerías superpuestas de hasta 50 metros de altura y 15 metros de ancho en sus tramos más grandes. Durante la década de los 60, el Cabildo de Lanzarote encarga la adecuación de la cueva a Jesús Soto, quien luego se convertiría en colaborador de César Manrique, adaptándola para convertirla en el primero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote.
Imagen de conos volcáncicos de las Montañas del Fuego, generados durante las erupciones de Timanfaya del siglo XVIII. La fotografía fue tomada por Günther Kunkel, un reconocido botánico alemán que, junto con su mujer, Mary Anne, fueron referentes en el estudio de la flora canaria. En el caso de Lanzarote, publicaron libros sobre la vegetación del Parque Nacional de Timanfaya o del Archipiélago Chinijo, entre otros.
Instantánea del interior de la Cueva de Los Verdes. La Cueva de los Verdes forma parte del tubo volcánico de casi 9 km de longitud generado por la erupción del cercano Volcán de La Corona. El tramo abierto al público es de aproximadamente 1,5 km y está formado por galerías superpuestas de hasta 50 metros de altura y 15 metros de ancho en sus tramos más grandes. Durante la década de los 60, el Cabildo de Lanzarote encarga la adecuación de la cueva a Jesús Soto, quien luego se convertiría en colaborador de César Manrique, adaptándola para convertirla en el primero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote.
Turistas visitando el Islote de Hilario, en las Montañas del Fuego, antes de ser declarado Parque Nacional de Timanfaya (1974) y de convertirse en un Centro de Arte, Cultura y turismo del Cabildo de Lanzarote. En el lugar que ocupan los socos de piedras que vemos en la imagen fue construido el restaurante "El Diablo", obra del arquitecto Eduardo Cáceres y el artista César Manrique. El autor de la fotografía es Günther Kunkel, un reconocido botánico alemán que, junto con su mujer, Mary Anne, fueron referentes en el estudio de la flora canaria. En el caso de Lanzarote, publicaron libros sobre la vegetación del Parque Nacional de Timanfaya o del Archipiélago Chinijo, entre otros.
Instantánea del interior de la Cueva de Los Verdes. La Cueva de los Verdes forma parte del tubo volcánico de casi 9 km de longitud generado por la erupción del cercano Volcán de La Corona. El tramo abierto al público es de aproximadamente 1,5 km y está formado por galerías superpuestas de hasta 50 metros de altura y 15 metros de ancho en sus tramos más grandes. Durante la década de los 60, el Cabildo de Lanzarote encarga la adecuación de la cueva a Jesús Soto, quien luego se convertiría en colaborador de César Manrique, adaptándola para convertirla en el primero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote.
Turistas visitando el Islote de Hilario, en las Montañas del Fuego, antes de ser declarado Parque Nacional de Timanfaya (1974) y de convertirse en un Centro de Arte, Cultura y turismo del Cabildo de Lanzarote. El autor de la fotografía es Günther Kunkel, un reconocido botánico alemán que, junto con su mujer, Mary Anne, fueron referentes en el estudio de la flora canaria. En el caso de Lanzarote, publicaron libros sobre la vegetación del Parque Nacional de Timanfaya o del Archipiélago Chinijo, entre otros. En la imagen pueden verse tres vehículos que prestaban los servios de taxi en la isla a comienzos de los años 60.
Instantánea del interior de la Cueva de Los Verdes. La Cueva de los Verdes forma parte del tubo volcánico de casi 9 km de longitud generado por la erupción del cercano Volcán de La Corona. El tramo abierto al público es de aproximadamente 1,5 km y está formado por galerías superpuestas de hasta 50 metros de altura y 15 metros de ancho en sus tramos más grandes. Durante la década de los 60, el Cabildo de Lanzarote encarga la adecuación de la cueva a Jesús Soto, quien luego se convertiría en colaborador de César Manrique, adaptándola para convertirla en el primero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote.
Paisaje de las Montañas del Fuego, en la que puede verse el malpaís (coladas tipo "aa") y algunos conos volcánicos producidos por las erupciones de Timanfaya del siglo XVIII y la última de 1824. La fotografía fue tomada por Günther Kunkel, un reconocido botánico alemán que, junto con su mujer, Mary Anne, fueron referentes en el estudio de la flora canaria. En el caso de Lanzarote, publicaron libros sobre la vegetación del Parque Nacional de Timanfaya o del Archipiélago Chinijo, entre otros.
Aspecto que ofrecía la iglesia de San Andrés de Tao y su plaza en la década de 1960, con la carretera aún sin asfaltar. La fotografía fue tomada en formato diapositiva por un turista anónimo que visitó la isla en la década de 1960.
Instantánea del interior de la Cueva de Los Verdes. La Cueva de los Verdes forma parte del tubo volcánico de casi 9 km de longitud generado por la erupción del cercano Volcán de La Corona. El tramo abierto al público es de aproximadamente 1,5 km y está formado por galerías superpuestas de hasta 50 metros de altura y 15 metros de ancho en sus tramos más grandes. Durante la década de los 60, el Cabildo de Lanzarote encarga la adecuación de la cueva a Jesús Soto, quien luego se convertiría en colaborador de César Manrique, adaptándola para convertirla en el primero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote.
Turista sentada en un muro junto a la carretera general del pueblo de Tiagua. Al fondo puede verse la montaña de Tinache. La fotografía fue tomada en formato diapositiva por un turista anónimo que visitó la isla en la década de 1960.
Instantánea del interior de la Cueva de Los Verdes. La Cueva de los Verdes forma parte del tubo volcánico de casi 9 km de longitud generado por la erupción del cercano Volcán de La Corona. El tramo abierto al público es de aproximadamente 1,5 km y está formado por galerías superpuestas de hasta 50 metros de altura y 15 metros de ancho en sus tramos más grandes. Durante la década de los 60, el Cabildo de Lanzarote encarga la adecuación de la cueva a Jesús Soto, quien luego se convertiría en colaborador de César Manrique, adaptándola para convertirla en el primero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote.
Carpinteros de ribera trabajando en un barco en la ribera del Charco de San Ginés. Esta profesión fue muy importante en el pasado, dado el carácter marinero y pesquero que siempre tuvo Arrecife. La fotografía fue tomada por un turista en formato diapositiva en la década de 1960.
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